Cada generación tiene sus íconos que quedan en el inconsciente de los hombres y mujeres de esa generación.
Mi generación también los tiene, por eso hoy quiero recordar a Valentín Trujillo, el Tío Valentín.
Hasta hoy es un personaje eterno que no necesita presentaciones.
Mi generación lo conoció en la década de los '70 cuando junto a Pin Pon nos fomentaba la magia y la ilusión siendo niños.
El Tío Valentín era el acompañante de ese muñeco Pin Pon que vivía en una cajita.
De adolescente los veíamos siempre en segundo plano en el familiar Sábados Gigantes, cuando dicho programa era entero chileno y era la compañía asegurada en tardes sabatinas de invierno. Allí estaba el Tío Valentín acompañando con su piano a Don Francisco.
Ya de viejote lo veía junto al Profesor Rossa y el gran Guru Guru nuevamente en un programa infantil con la misma simpleza de cuando lo veía en Pin Pon.
Muchas veces vi en la TV al Tío Valentín tocar el piano de memoria quedándome la sensación de que tocar el piano era algo muy sencillo. Claro, el talento hace ver fácil lo difícil.
Sólo eso, un modesto recordatorio al Tío Valentín que ya no está en TV, pero que sigue siendo un ícono presente en la conciencia de más de una generación.
Mi generación también los tiene, por eso hoy quiero recordar a Valentín Trujillo, el Tío Valentín.
Hasta hoy es un personaje eterno que no necesita presentaciones.
Mi generación lo conoció en la década de los '70 cuando junto a Pin Pon nos fomentaba la magia y la ilusión siendo niños.
El Tío Valentín era el acompañante de ese muñeco Pin Pon que vivía en una cajita.
De adolescente los veíamos siempre en segundo plano en el familiar Sábados Gigantes, cuando dicho programa era entero chileno y era la compañía asegurada en tardes sabatinas de invierno. Allí estaba el Tío Valentín acompañando con su piano a Don Francisco.
Ya de viejote lo veía junto al Profesor Rossa y el gran Guru Guru nuevamente en un programa infantil con la misma simpleza de cuando lo veía en Pin Pon.
Muchas veces vi en la TV al Tío Valentín tocar el piano de memoria quedándome la sensación de que tocar el piano era algo muy sencillo. Claro, el talento hace ver fácil lo difícil.
Sólo eso, un modesto recordatorio al Tío Valentín que ya no está en TV, pero que sigue siendo un ícono presente en la conciencia de más de una generación.
Gerardo.donoso@gamil.com
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