jueves, marzo 15, 2007

Célula fundamental, célula enferma

A decir verdad ya me cansa escuchar en discursos y textos decir que la Familia es la célula fundamental de la sociedad, dejando un sabor positivo al respecto.

No discrepo de la aseveración en si, pues creo que la familia es fundamental en la sociedad, pero antes está la Persona Humana. Reitero no discrepo de la expresión de lo fundamental de la familia, de lo que discrepo es del tonito positivista gratuito de la expresión.

La célula fundamental de la sociedad, y es lo que no dicen los que discursean, es una célula enferma y desgastada, por tanto no es mucho lo que se puede esperar de ella.

La familia hoy se equilibra en la improvisación de los padres, se es previsor en la jubilación contratando el APV, pero se es altamente light en la educación de los hijos. Cuando hablo de educación no me estoy refiriendo al actual proceso de domesticación al que son sometidos los jóvenes, proceso al que afortunadamente algunos se rebelan.

El padre no conoce a sus hijos, aunque el domingo juegue a la pelota con ellos o los saque a pasear en bicicleta. No los conoce ni los respeta, si lo hiciera abogaría por la práctica de la libertad de sus hijos.

La madre, en muchos casos debe trabajar delegando las funciones que hasta en el reino animal cumple la madre, en otra mujer que preparará los alimentos de los niños, pero que nos los ama, a lo más los quiere a regañadientes.

Las condiciones creadas para la familia en el sistema global son las mismas que tiene una rosa en la Antártica, imposible que desarrolle su potencial de belleza al máximo.

Los niños se dedican a estudiar sin saber para que. La palabra felicidad ha sido erradicada de la educación y sustituída por la palabra éxito. Resultado: hombres y mujeres exitosos pero infelices, quienes a su vez forman nuevas familias cargadas de infelicidad y así repitiéndose el ciclo cada vez en forma más intenso.

La célula básica está dañada y enferma y en este caso no hay células madres a las cuales recurrir para recuperar todo el tejido social que está dañado.

¿Hay alguna esperanza?

Nunca es tarde para corregir los errores, pero lo importante es asumir el mal como propio y no como del resto.

Somos células enfermas las que vamos conformando y sabemos que tarde o temprano un conjunto de células enfermas se convierte en tejido muerto.

No digas que nadie te lo dijo.

gerardo.donoso@gmail.com

1 comentario:

historia dijo...

...es cosa de ver y observar.....cada familia que conozco es absolutamente disfuncional.....es que ya nadie sabe pa' donde va la micro.....trabajar mucho para darle educación al hijo, pero ¿y la educación y el cariño en casa?, ¿donde queda?...........
....no está bien la cosa.!!!!!
claro está......
tratemos de ser optimistas!!!!!!!


cariños,