Tratando de revisar lo mejor de este año a nivel local sólo llego a la conclusión de que lo mejor fue la entrada en serio y en concreto en temas sociales de parte de la Conferencia Episcopal Chilena, en particular el planteamiento que hizo el Obispo Goic, sobre el salario ético (aunque Melnick insista en hablar de ingreso ético..). Si, Salario Ético, te guste o no te guste sergito.
Reitero, para mi eso fue lo mejor del año 2007, la dimensión social de la fe. Como muchos de uds. saben yo no me alineo con aquellos hermanos en la fe que creen que arrodillándose con dificultad los domingos aumentan sus UF para un DFL2 celestial.
Pero, en estos últimos días lo que me ha golpeado demasiado fuerte ha sido la partida de Clemente Warnken, hoy el hijo de todos.
Que tremenda responsabilidad la de ser padre pues ninguno de nosotros conocía a Clemente, sin embargo hoy muchos nos sentimos demasiado acongojados por su partida y sus padres han recibido una impresionante ola de afecto y compañía. A esa reacción espontánea no le encontraba explicación, el tema es que en particular su padre es un hombre conocido a través de los medios, pero la diferencia con los muchos conocidos en los medios es que la gran mayoría reconocemos al padre de Clemente como un aporte en los medios, como un Quijote peleando contra los molinos de la indiferencia cultural, los molinos de la chabacanería auspiciada, los molinos de la vulgaridad con sponsor.
Clemente hoy es el hijo de todos por el trabajo de sus padres... por el tremendo trabajo de su padre en aras de un mundo más bello.
Nada de lo que le podamos decir los comunes y corrientes al matrimonio Warnken Pavlovic podrá placar su dolor y pena.
Sólo se que Clemente se ha encargado de demostrarle a Cristian el enorme cariño que le tenemos y lo agradecidos que estamos de su infatigable trabajo para develarnos la Belleza.
Este año nuevo no lo celebraré de la misma forma que otros años, aunque a alguien le pueda parecer extraño, por un sentimiento de respeto hacia aquellos padres que estarán sin su Clemente.
Sigue, sigue riendo Clemente para que tus padres puedan volver a reir.
Gerardo.