domingo, noviembre 25, 2012

Mente sana en cuerpo sano

Nos dan recetas para alimentarnos bien, “-coma lechuguitas, coma peritas. Señora, tome juguito de este y de este otro”- Nos recomiendan hacer ejercicio,”-trote, camine, baile, cómprese una trotadora en 48 cuotas…¡¡ llamé ya…!!”

-¡Y nada!

Seguimos obesos, estresados, achacados, mirando el calendario ansiosos, buscando el próximo fin de semana largo para hacer el eterno asado, levantar las copas y lanzar carcajadas de felicidad al aire. Poner luego en “feisbuc” que fue un fin de semana inolvidable (hay que mostrar felicidad), para luego, pasadas las resacas estar nuevamente achacados y sintiendo el sobrepeso.

Ay dioc, ¡que sería de mi sin los fines de semana largos!

Nadie nos dice (¿y tendría que hacerlo alguien?) alimente su mente, su alma, su espíritu. Los estresaditos ¿qué alimento le damos a nuestra mente?

Hemos confundido entretención con relajación, nos entretenemos pero no nos relajamos. Nuestra mente cada día está más desnutrida, pues la alimentamos visualmente con los cachetes de la Roth o los mofletes de la Maldonado (si no sabe que es moflete consulte rae.es).

Por los oídos alimentamos nuestra mente con ruido, pues se enciende “la tele” o la radio para sentir bulla, rehuimos el silencio, ¿quién recuerda hoy el trinar de un zorzal? (y no es que no queden zorzales). ¿Quién sistemáticamente le pone oreja a una música agradable o de su agrado? (da lo mismo el tipo de música) pero para disfrutarla y no como ruido de fondo. Si, ¡disfrutar la música!

¿Cuántos estresaditos tomamos una novela para entrar en un mundo imaginario y recrearlo en nuestras mentes a partir de la lectura?

No..!!! Que latero..!!!

Ya sabemos que el sistema no quiere ni respeta a la persona, por lo tanto es la persona la que debe aprender a quererse, a respetarse y eso incluye su cuerpo, su espíritu, su alma y su mente.
Mientras no alimentemos la mente y le demos el cuidado adecuado, podemos comer todo un año lechugas o coliflores y hacer pebre la trotadora, pero seguiremos igual de achacados, agobiados, frustrados o deprimidos: enfermos.

No en vano en la capital del reino hay tres farmacias en cada intersección de calles (a veces prodigamos más cuidados al auto que con tanto sacrificio ya terminamos de pagar que a nuestra mente).

El poeta Juvenal no estaba equivocado cuando dijo “mens sana in corpore sana”, pero el espejismo de querer ser considerado “clase media” nos tiene comiendo lechuguitas y arriba de una trotadora sudando no solo con el esfuerzo , sino que también con las cuotas que faltan para pagarla.

P.S.: Del alma y su alimentación no diré nada pues se comenta que la vendí hace tiempo…
Esto fue publicado en El Pilín.

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