sábado, diciembre 31, 2011
Mis compromisos para el 2012
Por eso el 2012 me comprometo a:
-Hacerme hincha y socio de un club de fútbol, salir a la calle con una bandera del equipo y gritarle insultos a los del otro equipo.
-Me compraré una camiseta del club de mis amores y de la selección nacional.
-El 2012 me suscribiré a LUN y la leeré todos los días para estar informado de lo que le sucede a la Kenita y al Enzo Corsi.
-Me comprometo a poner en facebook frases melosas y mamonas, presionando yo mismo el botón "me gusta".
-En un acto de reivindicación quemaré en la calle mis libros de Rimbaud, Whitman y Neruda, para cambiarlos por la colección completa de Coelho.
-Botaré los cd que andan en la guantera con música latera y los reemplazaré por los de Marc Anthony, Ráfaga y La Noche.
-Usaré camisitas según dicte la moda.
-Esperaré ansioso el día viernes y el fin de semana.
-Invertiré en cervezas todos los meses, perdón.. chelas.
-Trataré de conseguir un autógrafo de los señores de Primer Plano.
-Me sumaré con euforia desmedida a cada fiesta nacional.
-Pondré fotos en face toda vez que pueda comer un asado o un plato de mariscos.
-Prometo ver todos los días ver los noticieros en C13 o Mega, si surge uno peor me cambiaré obviamente a ese.
-Me compraré un TV-Led de la mayor cantidad de pulgadas posibles y en la mayor cantidad de cuotas que me ofrezcan.
-En twitter seguiré a los twitteros influyentes y a cecilia bolocco.
-Empezaré a llegar atrasado al trabajo y esperaré a que mi jefe me diga lo que tengo que hacer.
-No hablaré de religión ni de política (o sea lo que en Grecia se consideraba un idiota).
-Usaré frases como "es que siempre ha sido así" o "que se le va a hacer..." o "no seai grave"
-Cuando me vea afligido haré una manda al santito de moda o más efectivo.
-Me esforzaré al máximo por leer y no entender.
Espero así ser un tipo normal..
¿Estamos OK?
Ok, el día que tenga que cumplir todo eso... ese mismo día me corto la piola yo mismo, a colgar el alma aun no aprendo... y no quiero aprender... asi es que cagaron.. seguiré igual el 2012... si es que estoy vivo.
gdc
sábado, diciembre 17, 2011
Feliz Navidad 2011
Feliz Navidad don Nicanor.
Confiando que el Niño Jesús escuchará nuestra Santa Ira.
Camila y Giorgio se casan...!!!
sábado, agosto 27, 2011
Carta de un Hermano Marista
Elementos para la reflexión y discusión:
Reconozco que la noche en que partieron los cacerolazos cometí una ingenuidad: salir al patio de mi casa a escuchar si en El Castillo mis vecinos se unirían al reclamo popular por la educación. Fue penoso reconocer que, en lugar de golpes de cacerola, lo único que se oía era el cotidiano sonido del barrio: los cantos que escapan de las muchas iglesias pentecostales y, entre medio, uno que otro balazo perdido.
Benito Baranda, en el Clinic de la semana pasada, decía haber visto esa misma noche miles de personas por Av. Gabriela, manifestándose con cacerola en mano. Esa avenida es justamente una de las fronteras que delimitan El Castillo, gueto de La Pintana creado hace treinta años en base a múltiples erradicaciones.
A mi juicio, Av. Gabriela es también uno de los márgenes que definen hasta dónde llega “la historia”. Porque hoy día “la historia” está en la calle, reclamando un derecho que el Estado debe garantizar. Pero esas calles son otras calles. La historia se grita en otras plazas y sus protagonistas son otros estudiantes.
Los medios de comunicación transmiten la idea de que este hondo reclamo nos abarca a todos. Se tiende a generar la sensación de que “todos estamos movilizados”, “los jóvenes chilenos reclaman”, “la ciudadanía exige”… Da la impresión que los alumnos más pobres del país son los que estudian en los liceos municipales y ahora están movilizados, en tomas, en huelgas de hambre. Sin embargo, por dramático que parezca, existen otros jóvenes que ni siquiera tienen razones para indignarse y para quienes la Alameda está - geográfica y socioeconómicamente – demasiado lejos.
Existe algo más allá del amplísimo espectro de las clases medias movilizadas. Algo más allá del Chile emergente e indignado. Al otro lado de la frontera está esa masa silenciosa que no fue incluida en la fiesta de la prosperidad pos dictadura y que ahora tampoco es parte de la fiesta de las cacerolas. El contraste con el vecindario me dice que la versión de los medios no es del todo real. Por la tele veo la plaza de Ñuñoa repleta de cacerolas; salgo a la calle y en las plazas de Batallón Chacabuco el escenario es el mismo de siempre. Aquí “la historia” se mira por la pantalla.
Se da por sentado que la cobertura educacional es asunto resuelto en Chile. Según los analistas del fenómeno, ese podría ser uno de los factores que han gatillado el estallido: más jóvenes mejor preparados reclaman la oportunidad de acceder al trampolín que los catapulte a una mejor calidad de vida. Lamentablemente, la “cobertura estructural” (cantidad de matrículas y colegios) es diferente a la “cobertura vital”, esa que tiene que ver con la posibilidad de imaginar un proyecto de vida, con las motivaciones para educarse y – en este caso – para reclamar educación.
Muchas historias de niños, niñas y jóvenes que conozco están truncadas de futuro desde el inicio, no les alcanzan las razones para intentar ingresar o permanecer en el sistema. No hay mejor calidad de vida a la cual acceder; sus proyectos de vida no están cubiertos. Para alcanzar las metas que les están permitidas no hace falta transitar el camino de la educación. Ocupando una imagen vial: “si por más esfuerzo que haga nunca podré pagar los peajes de la carretera, simplemente avanzo por la caletera, hasta donde llegue”. Ocupando un lenguaje (supuestamente) del pasado: “los estudios (la universidad) son para los hijos de los patrones, no para nosotros”.
No he tenido que hacer ningún esfuerzo para encontrarme con adolescentes cuyo último año de escolaridad es primero o tercero básico. ¿Le importará al Cristian salir a marchar? ¿Le importará la universidad gratuita a los jóvenes de 18, 20 ó 21 años para quienes tener una pareja, un hijo y un trabajo ha sido su mejor logro? Hace muy poco se decían ¿para qué pensar en la universidad si es tan caro y mi familia nunca va a poder pagar? ¿Para qué si ninguno de mis vecinos, ni ningún pariente ha ido? Definitivamente, la cobertura no es tema resuelto, no mientras sigan existiendo jóvenes a quienes la sociedad les priva la posibilidad de proyectarse y, por tanto, de buscar en la educación un modo de lograrlo.
Para muchos en la población terminar cuarto medio corresponde a lo que en otros ambientes sería finalizar una carrera universitaria; tener un título técnico es un posgrado y la universidad un doctorado en Europa… No faltarán quienes digan que “con más esfuerzo personal es posible alcanzar grandes metas”. Y claro que también conozco casos heroicos de jóvenes que merecen toda mi admiración. Sin embargo, me pregunto ¿es justo que como requisito mínimo se les pidan esfuerzos que ni siquiera son capaces de cumplir otros jóvenes que partieron con mucha más ventaja?
Por supuesto que apoyo las movilizaciones por el derecho a la educación, pero no puedo desconocer que se trata de un asunto de quienes tienen la posibilidad de indignarse. Indignarse tiene que ver con dignidad y esa palabra sigue siendo un anhelo incumplido en no pocos lugares de este próspero país. En la marcha de los paraguas me habría gustado encontrar muchos adolescentes y jóvenes de El Castillo, indignados, reclamando una mejor educación, siendo parte de los grandes procesos, no teniendo que quedarse al margen de la historia como espectadores detrás de una pantalla.
Álvaro, hermano marista y vecino de La Pintana.
domingo, agosto 14, 2011
Movimiento estudiantil 2011
Pese a considerarme un privilegiado por haber recibido buena parte de mi educación en colegio particular (Colegio Marista), considero que no debe ser el bolsillo de los padres el que condicione que un niño o joven accedan hoy a una educación de calidad.
No me agrada que mis impuestos vayan a dar al bolsillo de sostenedores y/o dueños de colegios o universidades, quiero que mis impuestos sean invertidos íntegramente en las necesidades de los ciudadanos, en especial niños, jóvenes y ancianos.
No acepto tampoco los intentos por desprestigiar a los actuales dirigentes estudiantiles o a simplificar sus argumentos, aquí ha habido un solo intransigente, el actual gobierno.
Que no se desesperen los que habiendo recibido los mismos privilegios que yo han optado por alinearse con la inequidad.