martes, enero 22, 2008

In memoriam - Claudio Cattoni

Estimados:

No cabe duda que toda muerte trágica de un servidor público, en acto de
servicio, es un hecho muy lamentable y doloroso. Quizás, y sólo digo quizás,
más aun cuando se trata de un bombero ya que, como sabemos, su vocación sólo
tiene una retribución emocional.

Dentro de este contexto, y sólo con el afán de realzar la entrega de Gabriel
Lara (Q.E.P.D.) quiero recordar la muerte de uno de los nuestros, hace ya
largos 16 años.

Claudio Cattoni Arriagada, bombero, exalumno del Instituto Alonso de Ercilla
promoción 1974.

Dice El Mercurio en una Edición Especial:

"Claudio Cattoni Arriagada murió el 20 de diciembre de 1990, cuando la
compañía realizaba su tradicional ceremonia de premiación a la constancia de
sus voluntarios.

Mientras se realizaba el acto se dio la alarma por un incendio que afectaba
a un inmueble ubicado en Moneda con Morandé. Dominado éste se recibió otro
llamado por otro siniestro que se desató en Catedral con Chacabuco. Claudio
Cattoni había participado en el combate contra las llamas del primer
incendio y acudió al llamado de la segunda emergencia.

En plena faena de extinción una cornisa ardiente se desploma sobre varios
bomberos.

Claudio Cattoni es el más grave y muere el día 3 de enero del año 1991."

Esta breve nota necrológica de la página web de El Mercurio, no da nota
respecto a la persona de Claudio.

Padre y marido extraordinario, profesional muy destacado, alumno del Alonso
de Ercilla toda la vida, además de basquetbolista de excepción. En fin, la
quintaesencia del "buen chato".

Tuve el honor de conocer a Claudio ya que durante todo mi período escolar, y
hasta el día de hoy, fui compañero de curso de su único primo, Andro
Cattoni, por demás, uno de mis grandes amigos.

El nos prestó la primera guitarra de cuerdas de nylon, que nosotros en un
acto de audacia trocamos a metálicas, para ir a cantar al Festival del Liceo
1. Nunca olvidaré ese detalle. Gracias a él firmamos hasta autógrafos.

Siendo 10 años menor que Claudio, recién profundizamos nuestra amistad al
amparo de las actividades que organizábamos en razón del Campeonato de Baby
Futbol de Exalumnos del Alonso de Ercilla que se juega, hasta hoy, casi
todos los fines de semana.

Dentro de ese contexto, organizamos un campeonato de exalumnos de basquetbol
y Claudio participó junto a su equipo de promoción llegando a la final con
nuestro equipo (10 años menor) y ganándonos con clase ese partido. Ese día
me tocó marcarlo y era un gusto ver como disfrutaba jugando con sus amigos,
aparte de hacerlo de manera extarordinaria, no obstante estar, a esa época,
un poco corpulento.

Nos seguimos viendo en diversas ocasiones y encontrándonos en la calle.
Siempre tenía tiempo para un saludo afectuoso y un buen deseo.

Hasta que un día, pasó lo ya narrado. Sus funerales, realizados en la Bomba
Italia, de calle República fueron impactantes. Inolvidables. Dejó a una
buena mujer y a tres hijas maravillosas.

Siempre he creido que la verdadera muerte es el olvido.

Claudio no está muerto, lo recordamos con especial afecto.

Miguel Fernández
IAE '84

1 comentario:

Rosario Gómez -Pincheira dijo...

Por estos seres vale la pena seguir viviendo. Son un ejemplo de bondad, gran generosidad y sobre todo consecuentes con sus valores hasta la muerte. Mis respetos a este heroe!