miércoles, enero 21, 2009

Tercero básico

Aunque hay algunos que por ellos quisieran una "guerra santa" ante alguna eventual afrenta a la fe, personificada en María, la Buena Madre, yo prefiero retomar aquello que aprendí a cantar en tercero básico, consciente de que hay afrentas a la fe mucho más graves y reales que cuatro señoras en una pasarela, afrentas que no provienen de los no creyentes precisamente sino que de nosotros mismos... los creyentes.

La muerte de niños en una "especie de guerra".
El doble estandar en materias de moral.
La segregación y discriminación, social e intelectual desde el primer día de clases de un niño.
El individualismo e indiferencia.
La descarada injusticia social que tenemos en Chile y que algunos justifican.

Esas si son verdaderas afrentas a la fe, a la Buena Madre y a Cristo, el resto son cortinas de humo.

Cuando la fe se convierte en fanatismo desdeña el don de la inteligencia del ser humano.

Mi respuesta a los paladines justicieros, es como ya dije, lo que cantaba en tercero básico.

MADRE DE LOS JÓVENES.

1.- Madre, óyeme, mi plegaria

es un grito en la noche.

Madre, mírame

en la noche de mi juventud.

Madre, sálvame, mil peligros

acechan mi vida.

Madre, lléname de esperanza,

de amor y de fe.

Madre, guíame, en las sombras

no encuentro el camino.

Madre, llévame, que a tu lado feliz cantaré.

2.- Madre, una flor,

una flor con espinas es bella.

Madre, un amor,

un amor que ha empezado a nacer.

Madre, sonreír,

sonreír aunque llore en el alma.

Madre, construir,

caminar aunque vuelva a caer.

Madre, sólo soy

el anhelo y la carne que lucha.

Madre, tuyo soy,

en tus manos me vengo a poner.


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