Los miro, los veo.
Entran, salen, vuelven a entrar.
Saben cosas, ignoran cosas.
Pueden ser lo que ellos quieran ser, pero no se dan cuenta.
Pueden crecer todo lo que ellos quisieran, pero si quisieran.
Tal vez van a perder la vida, tratando de ganarse la vida.
Tienen ojos pero a ratos ven a sólo una yarda de distancia.
Buscan en una pantalla lo que está en el silencio de uno mismo.
Buscan en un ppoint lo que está en un libro.
Nada puedo hacer, pues a cada cual su hora.
Sólo la noche oscura les aclarará la mirada.
Sólo el silencio les abrirá el oído.
Los miro, lo veo, los siento.
Su ansiedad y su desgano a veces hay que cargar.
A cada cual su hora, pero que no se les haga tarde,
pues el tiempo se acaba.
viernes, marzo 14, 2008
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